Este escrito pretende ofrecer una interpretación resumida de la obra original El Gobierno de Dios recibida por Jakob Lorber. Como toda interpretación personal no está exenta de posibles errores, el lector puede leer la obra original en el siguiente enlace: El Gobierno de Dios. Bajo el concepto de la Nueva Revelación se entiende la suma de las obras que fueron dictadas a Jakob Lorber por el mismo Señor Jesucristo entre los años 1840 y 1864.
Buscar con firmeza con el corazón y no sólo con el intelecto
Quien buscar con firmeza tiene garantizado que encuentra lo buscado
Quien busca únicamente con el intelecto mundano no encontrará lo que busca.
Hay que buscar en el nombre del Dador de todas las buenas dádivas.
No hay que buscar en la cáscara muerta de la materia.
Dios no se revela jamás a través del intelecto de los eruditos del mundo.
Es necesaria la sencillez del corazón, humildad y agradecimiento
Es necesaria la sencillez del corazón, incluso cuando el mundo la llama necedad.
Esta obra de la Nueva Revelación se tiene que leer con un corazón humilde y agradecido.
El fruto de esta lectura será todo tipo de Gracia y Bendición.
Quien la lea con el intelecto no reconocerá al Autor de la misma.
Hay muchos millones de hombres que no se dejan confundir y confían en los cuatro Evangelios bíblicos, a pesar que han sido declarados por el mundo como libros sospechosos.
Al mismo Señor lo han declarado tantas veces como un estafador o un mago.
El que pone en acción la Palabra del Señor con la ayuda de la sencillez del corazón reconoce que Jesús de Nazaret es mucho más de lo que los eruditos declaran.
Es necesario confiar solo en la voz del corazón sencillo y no el juicio del mundo.
El lector que duda si esta Nueva Revelación proviene de espíritus elevados o bajos tiene todavía los ojos de su corazón con bastante ceguera.
Los ojos de aquellos que son enseñados y edificados directamente por el Padre visualizan todo con pureza y lo ven muy bien iluminado, incluso aquellos campos en donde pareciera que Satanás estuviera reinando.
El Señor tiene poder suficiente para expulsar a Satanás de cualquier campo que quiera apoderarse.
Esta obra contiene sencillez, sosiego y profundidad
Quien crea que a esta obra le falta sencillez, sosiego, y profundidad, que primero mire su interior para ver si son cualidades que él adolece.
No se puede emitir un juicio sobre las obras de la Nueva Revelación con solo leer superficialmente algunos de sus pasajes.
La Nueva Revelación puede ser leída por los niños justamente porque tiene sencillez.
No son las imágenes o el estilo del lenguaje lo que determina la sencillez, sino que los sencillos en el corazón puedan leer los textos con suma facilidad.
Las imágenes que contienen alimento espiritual también representan sencillez para tales lectores.
Los textos que dan al corazón sosiego indican claramente que contienen sosiego dentro de sí.
El intelecto no puede dar sosiego al hombre porque por naturaleza no tiene la capacidad de recibir sosiego. El que lea esta obra con el intelecto no tendrá sosiego hasta que el “río” de sus pensamientos desemboque en el “mar” y de allí alcance la mayor profundidad del corazón.
El entendimiento del erudito tiene que humillarse y bajar a la pequeña recámara del corazón para que encuentre Paz y, con ella, una visión general dentro de aquella Paz.
Mientras el entendimiento se mueva como una bandera expuesta al viento, no podrá tener sosiego ni visión general.
Esta Nueva Revelación no busca dar profundidad al lector en primer lugar, sino despertar en él un sentido piadoso y agradecido.
Con este sentido se despierta una fe viva y el amor verdadero a Dios y al prójimo de manera sostenible.
Sin embargo, la lectura en este sentido también dará una profundidad suficiente y una buena cosmovisión sin la ayuda de los eruditos del mundo.
Quien no logre reconocer la profundidad de la historia relatada aquí que cuenta desde los tiempos inmemoriales, entonces no habrá pomada o ungüento que pueda curar su miopía.
El hombre sencillo, “necio”, pero amante de Dios, puede decir desde lo más profundo de su corazón: “¡No necesito de vuestras academias ni universidades, porque ya estoy en la Universidad de Dios!”.
La Nueva Revelación es útil para el alma
Para que la lectura de esta obra sea útil para el alma, que el lector la lea con la sencillez de un corazón entregado a Dios, evite volverse un censurador mundano de la misma y sea un buen guardián de su corazón para que encuentre en abundancia todo lo que algunos pocos lectores eruditos no han encontrado.
El Padre celestial llama a sus hijos
Quien quiera hablar con Dios que venga a Él y le pondrá la respuesta en su corazón, pero solo los puros de corazón y que estén llenos de humildad oirán el tono de Su Voz.
Quien prefiera al Padre más que el mundo estará muy cercano a Dios y lo verá como un hermano a otro.
A los que están enfermos Él los consolará, les derramará un bálsamo en el corazón del que surgirá un manantial de Vida Eterna, los sanará y serán refrescados.
Dios está en todo lugar y no está en ningún lugar: Está en donde se le ama y no está en donde únicamente se le adora y venera.
El Amor es la verdadera oración
El Amor está por encima de la oración y el cumplimiento de los mandamientos, por encima de la veneración. La verdadera oración en el espíritu es el amor a Dios y el cumplimiento de los mandamientos es la verdadera veneración.
Los mandamientos los conoce solo aquél que ama a Dios, y el que ama a Dios ya no tiene más mandamientos que amar a Dios y la Palabra viva que es la Vida Eterna.
Dios es un Dios fuerte y convierte al débil en un “domador de leones”, pero a los fuertes Dios los dispersará como a la paja.
Liberarse de “bailar”, jugar, ser lascivo y adicto a la “moda”
A los que les gustan “bailar” tienen que saber que han sido engañados por Satanás, quien les ha tomado por los pies y los hace dar vueltas de tal manera que están mareados.
Quien está ciego de sus ojos físicos, aún tiene los ojos del espíritu, pero quien está ciego en el espíritu queda ciego de por vida.
Los “jugadores” están poniendo en juego su propia vida. El juego es veneno puro. El jugador lo considera un tesoro, pero en vez de ganar la vida, gana la muerte.
Aquel que tiene la Biblia y no la lee, es como un sediento al costado de un manantial de agua pura. Se ha vuelto tan demente que prefiere morder las piedras para saciar su sed que beber del agua del manantial. O sufre de tanta pereza que prefiere tomar el agua del pantano para saciar su sed y morir finalmente.
Quien es adicto a la carne y la lascivia anda en la muerte. Solo el que anda en el Espíritu llega a la luz y la fuente original de toda vida.
El que ama la moda y la vestimenta está desnudos ante Dios. Pronto su gloria desaparecerá como la espuma. El dominio y magnificencia se convertirán en esclavitud. Pronto experimentará mucha vergüenza. Es de necios querer revestir de oro la basura y echar los diamantes y el oro al muladar. Confunde la luz por oscuridad y la oscuridad por luz.
Consejo a todos: Es necesario purificar la carne
Hay que purificar la carne para volverse uno con Padre.
Mientras la carne ande en suciedad y, al mismo tiempo, el espíritu en el cielo, no podrá haber liberación del ahogamiento espiritual.
A la madre: enseñar a los hijos que eviten el miedo, más bien que despierten el Temor y Amor a Dios
Las madres no deben educar a sus hijas en el miedo ante los hombres y el mundo, porque lo que se teme se obedece ciegamente en el momento de la tentación, y porque los que generan miedo tendrían muy fácil someter a los miedosos.
Las madres deben educar a sus hijas en el Temor de Dios y en el Amor a Dios, para que Dios pueda ser el Vencedor en ellas y aprendan a despreciar al mundo y puedan gozar del Amor ilimitado del Padre.
Las hijas no deben ir a lugares públicos para ganar un esposo, sino acudir a Dios. El Padre garantiza que ninguno de sus deseos quedará sin ser bendecido por Dios que es muy rico y tiene de todo en abundancia.
A los pobres, hambrientos y amigos de Dios: que tengan dignidad, esperanza, amor y confianza
Los pobres no deben mendigar sino deben acudir a Dios con confianza que Él los aliviará. Los hambrientos serán alimentados, los sedientos saciados, los desnudos vestidos y los enfermos sanados.
El pobre es el hermano más cercano a Dios y es Dios Mismo Quien le cuida, por eso no debe ser profanado por los hijos del infierno.
Los amigos de Dios no deben amar a los siervos más que a Dios. Su salvación deben ponerla en las Manos de Dios con plena confianza. Porque los siervos deben actuar estrictamente según la ley, pero el Señor está por encima de ella y también puede poner a cualquiera de sus amigos por encima de la misma.
El que está bajo el yugo de la ley, está en el juicio, pero quien viene a Dios, Él le puede liberar del juicio.
La «verdadera iglesia» es útil para purificarse
La iglesia de Dios en la Tierra es un instituto de purificación, quien ya se haya lavado que venga a Dios para que Él lo seque con el calor de Su Amor y lo reciba en Su Morada. Pero quien solo tiene contentamiento en las “salpicaduras del agua” y el lavado será como alguien que nunca sale del agua.
Quien haya hecho penitencia, que venga a Dios para que Él lo reciba como un hijo pródigo.
El siervo de Dios puede aconsejar, pero Dios actuar; el siervo puede enseñar, Dios liberar; el siervo puede orar, Dios bendecir; el siervo puede juzgar justamente, pero solo Dios tiene el derecho de la Gracia. Por eso, no se debe olvidar al Señor en favor de los siervos.
Quien quiera amar a Dios, que no tenga miedo, porque Él es más que el mundo.
Jesús es el único Dios Eterno en quien mora el Padre, el Hijo y el Espíritu
A Jesús no se le considera nada en el mundo. Los eruditos apenas lo valoran y a lo sumo le aceptan como un nombre de hombre honesto. Algunos ya lo han despedido, mejor dicho, ya prácticamente no existe para ellos.
Otros le aceptan ciertos rasgos divinos, pero no por mucho tiempo, ya que los eruditos del mundo le enseñan a creer en otra cosa. Pronto esto acabará, pues Dios los conoce a todos y les dará su salario de acuerdo a su mérito.
Quien no conozca a Jesús cómo Él es verdaderamente, es mejor que no sepa nada de Él, porque, así, Jesús aún le puede dar vida en el reino de los espíritus. De lo contrario, se vuelven incapaces de recibir ayuda del Señor, porque matan la vida en sí mismos en el momento en que eliminan a Jesús dentro de Sí.
Jesús es el único Dios eterno y tiene tres naturalezas: el Padre según su Divinidad, el Hijo según su Humanidad, y el Espíritu según la Vida.
Él es desde la eternidad el Amor mismo y la Sabiduría misma. Nunca recibió nada de nadie. Todo lo que existe proviene de Él. Quien tiene algo, lo tiene de Él.
¿Cómo puede Jesús ser un tirano como afirman algunos?
Jesús les ama, pero ellos le desprecian.
Jesús es su Padre, pero ellos le convierten en juez tirano e implacable.
En donde Él bendice, ellos maldicen, donde Él construye, destruyen, lo que edifica, lo tiran abajo.
Si Jesús de Nazaret fuera como ellos lo describen, hace tiempo que no existiera la Tierra, y ni siquiera nada hubiera sido creado,
Entonces, si ellos se condenan a sí mismos, lo hacen por propia voluntad, sin la necesidad de que Dios los condene. Cada uno se edifica a sí mismo y hacia lo que quiera ser.
Solo a aquellos que toman a Jesús como Él Mismo es y Le aman como Él los ama, Dios los hará que sean lo que ellos quieran ser, para que alcancen su libertad y alegría por completo y para siempre.
A los clérigos: Sirvan a Dios por Amor y no por el dinero
Los clérigos o religiosos deben amar a Dios, no por el dinero, sino por amor. El servicio hecho por dinero es desconocido por el Señor y, por tanto, no tienen cuentas abiertas con Él.
Si judas vendió a Jesús, lo hizo por lo menos por treinta monedas de plata y sin saber lo que pasaría con Él, pero lo hizo porque estaba enceguecido y se perdió. Pero ahora en cada minuto torturan al Señor y lo matan y lo resucitan por una suma muy módica. Esto es tan malo como hacen los ladrones y asesinos.
Dios dijo a través de Pablo que el que sirve en el altar, que viva del altar, pero solo motivado por las obras del Amor. Pero los religiosos fanáticos son ladrones y atracadores y asesinos del Evangelio y de toda verdad.
Como es la labor, así el salario. El amor labora no por dinero, sino solo por recibir amor.
Dios es el Amor mismo y no hay otro precio de compra más que el Amor.
Jesús compró a los hombres a través del Amor, por eso Él pide solo Amor.
El siervo que quiera ser útil que actúe solo en el Amor, pues el Señor murió por él en la cruz. Quien quiera venir a Jesús, que lo haga en el Amor, porque sangró en la cruz por él.
A los gobernantes: No están por encima de la Ley de Dios
Los cargos de los funcionarios y amos del mundo no están por encima de los del Reino de Dios. Dios no dejará sobrevivir aquel cargo que esté en contra de Dios.
Cualquiera que vaya en contra de los mandamientos, podrá ser perdonado si es que se mejora, reconoce su error, se arrepiente, se vuelve a Dios y se queda con Él y Él con él.
Quien quiera hundir adrede la Ley de Dios, la misma le aplastará y le hará desaparecer para siempre.
Las leyes del mundo hunden los Mandamientos de Dios si no han sido dadas por hombres en el Amor a Dios. Pero, ay de los tiranos y déspotas, porque pronto experimentarán la fuerza de los débiles. Porque el suelo es de Dios y el campo también.
El Señor como Padre desea hacer feliz a Sus Hijos
El Señor es como un hospedero a Quien no se le pierde ni una sola migaja de pan.
Quien guarda su capital con Él, obtendrá altos intereses y su nombre será escrito en los libros de Dios.
¿Quién ha contado la cantidad de soles y planetas que existen en el firmamento creados por Dios? El Señor paga por solo un “céntimo” un planeta entero, y por un trago de agua fresca, un sol completo. En otras palabras, por el más mínimo servicio de amor al prójimo el Señor paga un precio inconmensurable e indescriptible.
En todo el universo, todo ser humano es una «criatura de Dios», pero el de la Tierra está llamado adicionalmente a ser un «Hijo de Dios»
En todo el universo existen hombres. Algunos han surgido de las entrañas de Dios, otros de Sus manos, pies, cabeza, etc. Todos ellos son Criaturas de Dios y son muy amadas por Él, porque el Señor es completamente Amor.
Pero a los hombres de esta Tierra Dios los ha llamado desde el centro de Su Corazón, y los creó a la imagen y semejanza de Él. Los hombres de la Tierra también son sus criaturas, pero también deben convertirse en sus Hijos amados.
Hijos que deben reconocerle no solo como Dios y Creador, sino también como su Padre bueno, que después de un corto tiempo de prueba quiere llevarlos con Él para que también tengan todo lo que Dios Mismo tiene, y esto por siempre. Y así reinen y juzguen todo el universo junto a Él.
El problema es que si bien las Criaturas de Dios aman a su Creador con gran alegría de agradecimiento por su existencia, ¡los Hijos de Dios no quieren a su Padre y desprecian Su Amor!
Todo el universo está sumiso al Poder de Dios, pero la Voluntad de Dios está sumisa a la de sus Hijos
Dice el Señor:
“Mirad, Yo Me entristezco cuando veo que miles y miles de veces miles se marchitan y mueren cada hora. Oh, ¡ojalá pudiera ayudarles! ¡¿No es triste cuando el Todopoderoso no puede ayudar?!”
¿Cómo puede ser esto posible? La respuesta es fácil:
Las criaturas dependen del Poder de Dios, pero los Hijos del Amor de Dios.
El Poder ordena y ¡se cumple!, pero el Amor solo pide con la máxima mansedumbre a sus Hijos que son libres. Solo que los Hijos se tapan sus oídos y no quieren ver el rostro de Dios.
Esto es posible porque ellos son completamente libres, así como lo es su Padre.
Entonces, Dios no puede ayudarlos si es que no quieren.
El Poder de Dios está por encima de todo, pero la Voluntad de Dios es sumisa a la de los Hijos.
En la Tierra cada hombre debe decidir ser «Hijo de Dios» a través de sus acciones
Dice el Señor: “Yo soy vuestro Padre, pero también soy vuestro Dios, y fuera de Mí no hay nadie más. ¿Me queréis como Padre o como Dios? Vuestras obras me darán la respuesta decisiva”.
El Amor mora únicamente en el Padre y esta cualidad se denomina el Hijo.
Quien desprecia al Hijo, caerá en las manos de la poderosa Divinidad y perderá su libertad para siempre.
La Divinidad vive también en el infierno, pero el Padre únicamente en el Cielo.
Dios juzga y ordena todo según su Poder, pero la Gracia y la vida Eterna solo está en el Padre, y se llama el Hijo.
La Divinidad mata todo, pero el Hijo (el Amor en Dios en el Padre) tiene Vida, da Vida y resucita al muerto.
Los hombres de esta tierra deben mejorarse a sí mismos para que obtengan la herencia que Dios les ha reservado desde la eternidad.
El Padre pide a Sus Hijos que se dejen amar por Él y que le correspondan en el Amor
El Padre pide a Sus Hijos que se acerquen a Sus Brazos abiertos para que los abrace a Su Corazón y que nunca más se alejen de Él, sino que constantemente vean su Rostro y lean en Sus Ojos cuánto les ama y con qué sinceridad lo dice.
Dice el Señor:
“He quitado sus pecados de Mis ojos y los he lavado tan blancos como la nieve; ya no hay impedimento. Ya no seré para ellos un Padre invisible; Me verán siempre y se divertirán y bromearán conmigo y se alegrarán; todas sus preocupaciones Me las confiarán ahora a Mí.
¡Oh, con qué alegría cuidaré de ellos!
Oh, ¡qué son todas las alegrías y bienaventuranzas de Mis Cielos para Mí, el Padre, contra la de ser amado por Mis queridos hijos como el único Padre verdadero!
Mirad, todas las dichas que les doy por este único, las he destinado para Mí mismo, y por eso, Mis hijos no llamarán a nadie más que a Mí, sólo a Mí, su Padre; porque Yo soy y estoy con todo el derecho, y nadie puede quitarme Mi Derecho, puesto que Yo soy el único, sólo Yo, y no hay nadie más fuera de Mí”.
Lo que tienen que hacer es entrar en su interior y reconocerse a sí mismos y después presentar con fidelidad y verdad las dolencias encontradas en su corazón. El Padre eliminará lo que ya no sirve y llenará el corazón con el fuego de su Amor divino y paternal.
Una vez hecho esto, deben presentarlo al pastor y confesarlo, para que Dios pueda venir y celebrar la cena de la alegría en el altar.
No hay que tropezarse con la iglesia, porque cada alimento que Dios la recomienda lo purifica para ellos de tal manera que puedan actuar sin preocupaciones.
Todo lo que Dios da a Sus Hijos es puro
Lo que Dios da a Sus Hijos lo purifica antes. El templo es bendecido en donde se encuentran los Hijos de Dios.
El Amor de Dios espera por ellos, sus brazos están abiertos y no los cerrará hasta que descansen en ellos, ya que el Padre desea que ellos Le miren cara a cara y para que su felicidad nunca acabe.
El Padre jamás abandona Su Casa, por eso los que Le buscan lo hallarán siempre. No hay fechas ni horarios para venir al Padre. No solo los sábados, domingos o feriados, sino cada minuto es un minuto agradable para un corazón que ama al Padre y viene a Él.
En cualquier momento que alguien toque la puerta así, el Padre dirá: “¡adelante!”.
Dios no juega, es necesario tomar en serio Su Palabra y evitar ser ligero en el Amor
Solo los hijos tienen que saber que Dios no está jugando ni desea que jueguen con Él, el tema es serio. No hay excepciones, grandes o pequeños, jóvenes o ancianos, hombres o mujeres, con todos el Señor lo dice en serio.
Las criaturas de Dios son eliminadas si no sirven, sólo los Hijos de Dios están destinados a la Vida Eterna. Dios tiene muchos correctivos en caso que sean obstinados y se nieguen a alcanzar la bienaventuranza.
Las criaturas que no sirven, la Divinidad los elimina instantáneamente y para siempre. Pero para a los Hijos solo queda una serie de correctivos para que aquel que no quiera obedecer sepa por lo menos que el Padre es el Señor de la casa en caso que no quieran reconocerlo como el Padre amoroso y santo.
Y si al final, ningún correctivo ha sido reconocido por mis Hijos, ay de ellos, porque el Padre los expulsará y tendrán que vérselas con la Divinidad implacable. Lo dice, Dios Jehová.
La Gracia de Dios es un tesoro valioso que contiene abundancia terrenal y eterna
Cada uno debería esforzarse por encontrarla y apoderarse de ella porque Dios la da a cualquiera que quiera obtenerla.
Quien quiera pedir perdón de los pecados, la recibe si realiza una verdadera penitencia a través de Jesús Quien es la Palabra viva y el Amor de Dios
Las puertas del Cielo están abiertas: cualquiera que quiera entrar a través de ellas lo puede hacer y, así, estar cara a cara con el Padre santo, con Dios, Jehová eterno.
Esto es posible a través de la Palabra viva, es decir a través de Jesucristo, o mejor dicho, del Amor eterno y la Sabiduría de Dios, de los cuales fluye lo Bueno y Verdadero.
A las criaturas de Dios se les ha dado el poder, pero a los hijos de Dios se les ha dado el Amor que es la Vida misma
Si bien el Poder de Dios emana del Amor de Dios, pero no es el Amor mismo.
En las criaturas de Dios no hay libertad, sino solo el efecto del Amor y por lo tanto no tiene vida propia en sí.
Por eso, todo lo que proviene del Poder de Dios es en realidad materia muerta, y su vida es solo aparente. En realidad es la muerte.
Quien se apega al mundo material, muere espiritualmente
Por eso, quien apega su amor al mundo material, su amor será aplastado por el poder de la muerte, y destino es el mismo que la materia: la muerte.
Quien dirige su amor hacia Dios y lo ata a Él, entonces vuelve a unir su amor con el Amor de Dios. Así recuperará la vida por completo.
El Amor de Dios es la Vida de toda vida
El Amor es en realidad ciego y oscuro, y, por eso, es también libre e independiente, pero a la vez corre peligro de perderse y sucumbir.
La Gracia es la Luz de Dios en el hombre
Dios da inmediatamente una parte de Su Luz a cualquiera que tenga amor a Él. Esta Luz es un regalo y se llama Gracia.
Dios fluye con Su Gracia en cada hombre de acuerdo al grado del amor que hay dentro de él.
Por eso, quien tiene amor, tiene también la Ley viva de Dios dentro de sí. Esta Ley es el Amor más elevado.
Con este Amor el hombre puede atravesar con su mirada toda la Tierra y ver las profundidades del cielo.
La iglesia verdadera no son las religiones hechas por los hombres
No importa qué religión profese la persona: Católica, protestante, evangélica, cristiana, judía, brahmana, o pagana oscura.
Para todos ellos existe sólo una iglesia verdadera: el amor a Dios.
Este amor es el Espíritu Santo dentro de todo aquel que renace como un Hijo de Dios.
El Espíritu Santo se manifiesta a través de la Palabra viva de Dios Quien es el Hijo de Dios.
El Hijo de Dios es el Amor de Dios y que penetra al hombre por completo, de tal manera que hombre y Dios se vuelven Uno.
La verdadera y única iglesia es el Amor en el alma del hombre
Este alma unificada a Dios y en cuyo corazón Dios ha instalado Su Morada, es la única y verdadera Iglesia sobre la Tierra.
Sólo en la «Iglesia verdadera» está la Vida Eterna y es la única que puede dar la vida bienaventurada
El Señor no solo es Dios de los hombres de esta Tierra, sino también el Padre de ellos.
El Padre está en la Palabra. La Palabra está en el Hijo y el Hijo está en el Amor.
El Amor está en la Ley que ha sido dada a los hombres de la Tierra. Quien la guarde y actúe según ella, la recibe en su interior y vuelve al hombre en uno lleno de vida, y lo eleva y lo libera y lo pone por encima de la Ley junto a la Gracia y la Luz (la Sabiduría de Dios).
Esto es la bienaventuranza y el Reino de Dios dentro del hombre, la única iglesia que puede dar la beatificación sobre la Tierra. En ninguna otra iglesia está la Vida Eterna más que sólo en ella.
Dios no vive dentro de los muros de los templos, ni en las ceremonias, ni en las oraciones, ni en la veneración.
Dios vive únicamente en donde está el amor. Porque Dios es el Amor Mismo y la Vida Misma.
Dios da a los hombres Amor y Vida, y se une sólo con el amor y la vida, pero jamás con la materia o la muerte.
Jesús posee todo el Poder de Dios porque ha vencido a la muerte y ha hecho sumisa a la Divinidad de Dios
Jesús ha vencido a la muerte y ha hecho sumisa a la Divinidad de Dios, por tanto Él tiene todo Poder y Autoridad sobre todo. El Amor de Dios reina eternamente y da vida a todo lo que está sumiso a Él.
Quienes tengan la verdadera iglesia dentro de sí, que vayan a la iglesia externa y la llenen de vida.
El Señor revela el secreto de la Creación para la iniciación de Sus Hijos
El Señor revela en esta obra un secreto para que los Hijos puedan ver al Padre cara a cara como un hermano a otro.
Los Hijos del Padre tienen que ser iniciados en el Gobierno del Padre.
La Divinidad fue desde la eternidad la fuerza que penetra todo el infinito.
En medio estaba, está y estará el Amor que era la vida de la Divinidad.
El amor era ciego y la Divinidad se unió con el Amor
El amor era ciego como un embrión en el vientre materno.
La Divinidad se gustó a Sí misma en el Amor y se congregó por completo en Él.
De esta congregación se generó un ardor presionando al Amor.
De esta concentración se generó una revolución en donde el Amor estaba asustado y presionado por todos los lados y empezó a temblar en lo más profundo.
El Amor tomó consciencia y la revolución se convirtió en sonido y de allí en Palabra que dijo: “¡Hágase la Luz!”.
Y ardió una llama en el Corazón del Amor encendido y todos los espacios del Infinito se iluminaron.
La Divinidad creó a espíritus a través del Amor
Dios se vio a Sí mismo en la gran Magnificencia de Su Amor, y el Amor fue fortalecido con la fuerza de la Divinidad, y de esta manera, la Divinidad se unió con el Amor por la eternidad y la Luz surgió del calor.
El Amor vio en la Divinidad todas las magnificencias cuyo número no tiene fin.
La Divinidad vio cómo todas estas magnificencias que surgieron del Amor llegaron a ella.
El Amor vio sus pensamientos en la Divinidad y tuvo gran complacencia en ellos.
De nuevo el Amor se encendió y las fuerzas de la Divinidad revolucionaron al rededor de Él y de ello los pensamientos del Amor se convirtieron en Amor cuyo número no tiene fin.
La Divinidad vió su magnificencia y el Amor sintió el poder de la Divinidad.
El Amor dijo dentro de la Divinidad: “Mantengamos fijos los pensamientos de la magnificencia y saquemoslos fuera de Nosotros para que sean libres y Nos sientan a Nosotros y nos vean de la misma manera cómo Nosotros los sentimos y vimos antes que la luz iluminaran sus formas”.
La Palabra entró en la Divinidad y la Divinidad se volvió Amor por completo.
La Divinidad habló por primera vez y dijo: “¡Hágase!” y surgió de Dios un ejército de espíritus libres cuyo número no tiene fin.
El Amor se vio multiplicado a Sí mismo infinitamente y vió por completo su belleza infinita.
Los seres aún no tenían vida y no sentían nada ni veían nada, porque sólo eran formas mantenidas fijas en la Divinidad. Solo el Amor en ella tenía vida.
El Amor sintió pena y se animó y este ánimo subió a la Divinidad y la Divinidad le entregó a los prisioneros al Amor. El Amor penetró a todos ellos y las formas cobraron vida.
Las formas se maravillaron viéndose entre sí y se calentaron en las corrientes de las llamaradas del Amor divino y con esto obtuvieron movimiento independientes y vigor.
Sin embargo, las formas no se reconocieron a sí mismas.
El Amor dijo de nuevo: “¡Dejanos hacer que ellas se reconozcan entre sí para que así ellas nos reconozcan a Mí y, a través de Mí, también a Ti!”.
Nuevamente la Palabra subió a la Divinidad y la palabra resonó dentro de la Divinidad. Y la Palabra se volvió Ley, y la Ley era el Amor y la Ley penetró las formas.
Primero creó a tres espíritus
Aquí se formaron tres, y de ellos surgieron siete.
Los tres eran correspondientes al Amor, a la Luz y a la Divinidad.
Los siete a los Siete Espíritus de Dios que son:
Ama al Amor.
Teme a la Divinidad que mata para que no seáis muertos.
El Amor en vosotros es santo, por eso respetaos mutuamente, de la misma manera cómo el Amor en la Divinidad os respeta y tiene alegría en vosotros.
Cada uno es propiedad de sí mismo y a la vez es propiedad del Amor de Dios, por eso que ninguno de vosotros se apodere del otro.
Que nadie tape su rostro ante el otro, para que no sepa cómo es su amor, para que así seáis como es el Amor que los llamó a la existencia.
Que vuestro interior sea también igual a vuestro exterior para que no surja ningún movimiento falso en vosotros y no sucumbáis.
Que vuestro exterior sea un fiel reflejo de vuestro espejo interior en el cual el Amor de la Divinidad se pueda mirar, de lo contrario vuestro espejo interior se rompería y vuestra forma sería espantosa.
La Divinidad hizo tronar, en los espacios infinitos, una advertencia de un terrible juicio para los que se vuelvan infractores y se les dio la orden del Amor del Amor.
Finalmente ellos fueron puestos afuera con la máxima libertad y podían hacer lo que quisieran, y nada debería impedir sus acciones dentro de sus libertades hasta que llegara el momento en el que ellos se hayan reconocido a sí mismos en su libertad y en su humildad con el fin que la Ley se convierta en suyas y con esto alcancen la libertad perfecta.
El espíritu similar a la Luz de la Divinidad se rebeló y quiso apoderarse de la Divinidad
Pero cuando se reconocieron en su gran poder y magnificencia luminosa y majestad, sucedió que el mayor de los tres, el que era similar a la Luz de la Divinidad, se encendió en su ambición con el fin de apoderarse por completo de la Divinidad.
Una gran parte de los espíritus (que surgieron de él) se encendieron con él.
Aquí la Divinidad también se encendió en Ira y, junto a los otros dos espíritus de los tres, arrojaron a la banda malvada a la profundidad de las profundidades de Su Ira.
Los espíritus que no se rebelaron alcanzaron la perfección
Los dos espíritus (junto con los otros que surgieron de ellos), y los siete fueron encontrados con fidelidad y humildad y fueron recibidos en el círculo del Poder de Dios.
El Amor vio que eran puros y se alegró de su perfeccionamientos.
Dios les abrió los ojos a los creados y ellos vieron por primera vez al Amor eterno.
El ejército de los innumerables se asombraron y surgió un gran júbilo y una gran alegría entre ellos, porque vieron el Poder de Dios en el Amor y vieron el Amor dentro de sí mismos y también la fuerza que los hizo nacer y se reconocieron a sí mismos y reconocieron al Amor y reconocieron a Dios.
Ahora se movió la Divinidad y los creados tuvieron mucho miedo de la Divinidad, y el Amor vio que su temor era justo y el temor se convirtió en obediencia, y la obediencia en Humildad, y la humildad era su amor y el amor era su ley y la ley la libertad eterna y la libertad era su vida y la vida su bienaventuranza por la eternidad.
El Amor eterno les habló y ellos entendieron la Palabra. Entonces ellos hablaron su primera palabra que fue: Amor.
A la Divinidad le gustó el tono de su hablar y la Divinidad se conmovió a través del Amor y de ese movimiento se formó la segunda Palabra: Dios.
Recién ahora los creados fueron perfeccionados, y el Amor les dijo: “¡El primero entre vosotros se perdió, por eso Yo tomaré su lugar y estaré con vosotros eternamente!”.
Nuevamente se les soltaron la lengua y sus rodillas se doblaron y adoraron al Amor.
El Amor sintió dolor por los espíritus perdidos y la Divinidad le dio el Poder de ayudarlos
Al amor sintió dolor por el perdido, pero la Divinidad tembló en Su Ira y dijo: “Que todo el Poder te sea sumiso a Ti, y haz según tu deseo. Cuando digas ‘¡Hágase!’ se hará!”.
El Amor se conmovió hasta lo más profundo de su Ser y cayó la primera lágrima del Ojo del Amor eterno. Esta lágrima surgió del Corazón de la Divinidad y se llama: Misericordia.
El universo se creó de una lágrima del Amor de Dios
Esta lágrima se convirtió en un mar, y el mar se derramó en todos los espacios de la infinitud. También se derramó en la profundidad de las profundidades de la Ira de la Divinidad de tal manera que el fuego de la Ira de Dios fue atenuada.
Y mira, el Espíritu de Dios flotaba suavemente sobre las aguas de la Misericordia, y las aguas se dividieron. Dios habló a través de Su Amor, y Su Amor era la Palabra, y la Palabra descendió a la profundidad de las profundidades y flotaba sobre las aguas, y las aguas se dividieron como en gotas de rocío y fueron repartidas las grandes gotas y las pequeñas gotas correspondiente al número de los perdidos en todos los espacios de la infinitud.
La última gota que quedó no se dividió sino quedó allí como el punto central para que sea el lugar en donde se realizaría la máxima acción del Amor eterno.
Esta última gota se convirtió en el planeta creado en el cual los hombres de esta Tierra habitan ahora. Las otras gotas fueron transformadas para que sean soles, planetas, lunas de todo tipo. De esta manera surgió el cielo estrellado.
Nunca antes nadie ha podido saber de dónde surgieron todos los soles, sus brillos, el reflejo de la luna, y el centelleo de las estrellas. Tampoco las diversidad de los tres reinos de la naturaleza.
Dios da vida al Universo creado
Los Hijos del Padre tienen que ser iniciados en todas las cosas que el Padre amoroso tiene reservado para ellos, como regalos para Sus Hijos que le reconocen y le aman por sobre todas las cosas y se aman entre sí por amor a su Padre.
En todo el universo aún era oscuro, ningún sol brillaba, pero en el centro de los soles, el Amor eterno puso una pequeña chispa de Su Gracia y más rápido que el rayo, todo el universo comenzó a brillar, y brillará hasta hoy mientras no se quite la Chispa de la Gracia.
El Amor sopló los soles y los planetas y las lunas. Cobraron la vida. Y la luz de los soles hacían que los mares de las tierras se ondearan y los vientos fluyeran y soplaran similar al Espíritu de Dios sobre las aguas de la Misericordia.
Las lunas comenzaron a rotar a las tierras, como modelo para del amor de los Hijos que constantemente deben dirigir su faz al Padres, como hacen las lunas con sus tierras. Esto es necesario para que las lunas no salgan de sus órbitas y sean destruidas.
En el medio del Sol descansa una chispa de la Gracias y da la luz del mundo a través del fuego de la Ira de la Divinidad.
En el medio de la Tierra se encuentra una chispa de la Ira de la Cólera de Dios que es similar a un dragón de fuego que mantiene a la banda malvada que está atrapada duramente. Estos insurgentes serán suavizados con el agua de la Misericordia para que con el tiempo sean liberados para una segunda prueba de libertad y la vida eterna.
El universo material fue creado para que los perdidos tuvieran una segunda oportunidad a alcanzar la Vida Eterna
El secreto de la esencia es que el hombre ha nacido una y otra vez para que, después de haber estado perdido, sea ganado nuevamente para la Vida eterna, para la Libertad, para la Ley, para el Amor y la Luz y para la visión de su Rostro.
Esta revelación está dada para que el hombre tome conciencia de la enorme Bondad del Amor eterno que está haciendo incansablemente a favor de los hombres desobedientes.
El movimiento de los planetas muestran cómo los Hijos deben actuar
El Señor entregó en esta Nueva Revelación la llave para comprender el camino de la salvación
Quien permanezca firme en medio del amor del conocimiento de lo que es la gracia, sus entrañas resplandecerán con el amor de Dios como el cinturón de la tierra, y sus ojos brillarán con el conocimiento como los polos, y sus brazos se moverán como los ríos, arroyos y manantiales, y las acciones fluirán hacia los mares de la Misericordia divina salada con la Gracia y con el reconocimiento del Amor eterno y la Vida eterna.
El sol es un símbolo del Hijo renacido espiritualmente.
Las manchas solares en la faja del sol son erupciones que vienen del interior y que son similares al flujo de fuego y lava de los volcanes terrestres.
Estas erupciones simbolizan la Ira de la Divinidad y muestran el Poder que todo lo destruye. Estas erupciones se relacionan con las tormentas que suceden en la Tierra de acuerdo al tamaño de ellas.
El Amor restaura todo en la Tierra con el agua de la Misericordia y, en el sol, a través de inundaciones del mar.
Todo es llevado al orden divino del Amor eterno y nada fue hecho fuera del Amor eterno.
Quien salga del Orden divino del Amor haciendo uso de su libertad, actúa en contra del Amor y la Vida y, por tanto, no podrá subsistir para siempre.
El Renacimiento del espíritu, la ley del Amor, la Vida de la Libertad en la Luz de la Gracia son conceptos que serán revelados a través de comprender el sol.
La superficie del sol hacia el ecuador tiene mayor movimiento de rotación que hacia los polos en donde hay más descanso.
La luz y el calor surgen desde el centro de descanso de los polos y fluyen hacia toda la superficie solar.
Si no existiera este descanso de los polos no habría luz. El descanso es indispensable para la recepción de la Luz y el Calor.
Sólo a través del descanso del Amor en Dios surge la receptividad para la Vida y la Luz. El planeta Tierra es como una maestra de Sabiduría.
Cuando el aire está tranquilo, entonces la Tierra muestra un clima calmo y alegre. Si hay vientos fuertes o violentos entonces aparecen las nubes negras que oscurecen la luz solar.
Las pasiones son similares a los vientos que están rodeados con todo tipo de preocupaciones que impiden que la luz de la Gracia fluya en el hombre al igual que hacen las nubes que están siendo arrastradas por los vientos. Los rayos solares tienen entonces dificultad para iluminar la superficie terrestre.
El camino verdadero es aquel en el que el hombre no debe preocuparse sino dirigir todas las pasiones y sus consecuentes preocupaciones a Dios y entregarlas para que tenga descanso y, así, Dios pueda fluir dentro de él.
La Tierra rota alrededor de la tranquilidad de los polos.
El Orden de Dios hace que la Tierra rote para que toda su superficie sea iluminada por la luz solar. Esta rotación es un efecto del Poder del Amor de Dios.
Toda actividad del hombre tiene que provenir del Amor de Dios
Cada uno tiene diferente grado de capacidades dadas por la Palabra del Amor eterno en la Ley de la Gracia y de la Misericordia.
El Amor refresca la Tierra durante la noche, la Luz del sol de la Gracia la ilumina.
Las estaciones terrestres muestran el camino espiritual
El invierno es frío porque está en el descanso, pero es más capaz de recibir y llevar el calor hasta lo más profundo de la Tierra.
Quien logra ser como el invierno, entonces también alcanzará la primavera que permite la primera Vida del Amor dentro de él.
Después vendrá el Verano es su máxima acción de la Vida del Amor que está dentro del hombre.
Y finalmente llegará el Otoño tranquilo con sus frutos de las Obras del Amor y de la Gracia.
Aquí el hombre renacerá de nuevo a la Vida del sol y verá el santo Rostro del Padre e iluminará todo el mundo a través de la fuerza de la Gracia, del Amor y la Misericordia del Padre Santo.
Quien no sea como la Luna, la Tierra, o el Sol, será como un cometa o una estrella fugaz: estará a la deriva
En el cometa no hay firmeza ni en lo más mínimo. Todo su ser será uno robado del flujo de la Gracia de los soles. Su órbita será desordenada como el camino de los ladrones y los asaltantes. Y será conducido por el miedo a la luz de una profundidad del mundo a otra. Así no alcanzará nunca el descanso y la luz le perseguirá por todos sus caminos e iluminarán su completa nulidad.
Al final su destino será como el de las estrellas fugaces que han sido expulsadas de la Gracia, y será consumido a través del robo de la Gracia, porque la misma luz robada le destruirá para siempre.
Esto es similar al fruto de los árboles que se expone demasiado pronto a la luz antes de que el Amor lo haya consolidado. Y ya que no tiene firmeza, debido a su escasa conexión con el Amor, se debilitará cada vez más y más hasta que caiga del árbol y sea pisoteado y arruinado.
El Espíritu del Amor y la Gracia está en el interior del hombre y posee absoluta Sabiduría
Quien oye al Espíritu profundizará la profundidad de las profundidades.
Le hablará a los muertos y ellos le responderán, observará a los vivos y se regocijará en su luz, pondrá su oído en la hierba y ella le contará los secretos del Amor y el suelo terrestre le revelará sus profundidades, y las montañas estarán atentos a su voz y el tono de su hablar penetrará la médula de la Tierra.
Mirará al mar y los rayos de sus ojos iluminarán cada una de las gotas del mar, y penetrará cada grano de arena, y los espíritus que están encarcelados en ella caminarán hacia la luz de sus ojo, similar a los peces que durante la noche se acercan a la luz de una antorcha colocada sobre la superficie del mar. Peces que se dejarán pescar para la liberación de su cárcel de la noche eterna y reconocerán el Amor y saciarán su sed en las aguas de la Misericordia y serán edificados hacia la debilidad, fortaleza y a la fuerza proveniente del Amor del Padre y de la Palabra que es el Amor en el Padre, y del Espíritu que es la fuerza en ambas.
Quien oiga la voz del Espíritu de Dios será enseñado con toda esta Sabiduría en esta obra.
La voz del Espíritu no es bulliciosa, sino muy silenciosa. Y es por esto que puede penetrar todo como el Calor del Amor, y como la Luz de la Gracia, y como la Fuerza del Amor misericordioso del Padre Santo.
Dios creó el universo desde Su Amor, Su Sabiduría y Su Orden.
El Amor, la Sabiduría y el Orden representan la Palabra o el Verbo que proviene del Poder y Fuerza en lo profundo de la Divinidad.
No hay nada, sea grande o pequeño, que no haya sido creado por la Palabra.
La Tierra fue creada y estaba llena del Amor de la Misericordia. El amor sopló en ella y la llenó de incontables pensamientos vivos que servirán para la liberación de los espíritus perdidos.
La Tierra se llenó de plantas, insectos, peces, animales de todo tipo y aves que surcaban por los aires.
El amor formó de arcilla al primer hombre llamado Adán, es decir, el “hijo de la Misericordia y la Gracia”.
El Amor tomó arcilla y formó con Su propia Mano al primer hombre. Y sopló a través de las fosas nasales un aliento vivo que se convirtió dentro de él en un alma viva.
El alma penetró por completo al hombre.
Este primer hombre provino de las Manos, el Poder y la Fuerza del Amor eterno y fue nombrado por la Gracia: Adán que significa: “hijo de la Misericordia y la Gracia”.
Este recipiente llamado Adán estaba para el primer espíritu caído pero no se le estaba permitido reconocerse a sí mismo, ni saber quién era.
Adán se aburrió debido a que no se reconocía ni podía encontrar nada similar a él.
Dios extrajo el amor propio de Adán y lo colocó en un nuevo cuerpo que la llamó Eva o“Liberación del egoísmo”.
El Amor eterno se le acercó al ciego Adán y lo hizo entrar en un sueño.
En el corazón de Adán el Amor formó una forma similar de gran donaire y gran belleza.
Cuando el Amor vio a Adán, que dentro de su sueño tenía una gran alegría de ver dentro de sí a su segundo Yo, le tocó al lado y le extrajo su amor propio para ponerlo en una nueva “morada” fuera del cuerpo de Adán.
Le puso el nombre de “Caiva” o “Eva”, que significa la “Liberación del egoísmo, de la adicción al amor propio, y el consecuente renacimiento espiritual”.
El Amor despertó a Adán quien vio a su amor propio fuera de sí y tuvo una enorme complacencia.
Eva se deleitaba en el hombre Adán, estaba inclinada a él y le seguía a cada uno de sus movimientos.
El Amor dijo: “¡He aquí tu ayudante!” y Eva respondió: “He aquí, Señor, la doncella que yace obedientemente a los pies de Tu Hijo, esperando sus órdenes”.
Todas estas obras dieron gran complacencia al Amor.
El Amor enseñó a la nueva pareja en todo y les dio a conocer todas las cosas, a darles nombres y a utilizarlas.
El Amor pide a la nueva pareja que se vistan de obediencia, humildad, fidelidad e inocencia justa para que puedan usar la fuerza procreadora.
Y después que Adán y Eva entendieron, conocieron y utilizaron todo, el Amor les dijo: “Mirad, podéis usar todo con excepción de una cosa que consiste en la fuerza para la procreación y reproducción de seres similares a vosotros.
Pero primero os tenéis que vestir de obediencia, humildad, fidelidad e inocencia justa. Solo así podríais usar después esta fuerza procreadora.
Cuando Yo vuelva y no os encuentre vestidos así, entonces los expulsaré y la muerte será la consecuencia”.
La Divinidad pone a prueba a Adán y Eva. Dios dejó solos a Adán y Eva en el paraíso para que puedan pasar la prueba en completa libertad.
Dios se retiró de la pareja y dejó de verlos y observarlos durante un tiempo determinado para que ellos tuvieran absoluta libertad de acción.
Y es que el Amor de la Misericordia puso a la pareja a una prueba de libertad ya que estaban en el juicio de la Divinidad.
El lugar en donde fueron probados era un valle y un jardín que se llamaba “paraíso” y es el mismo lugar que después se llamó Belén y en donde la Palabra eterna encarnó corporalmente.
Era la divinidad quien les probaba. El deseo tentador era la serpiente que estaba dentro de Eva.
La Divinidad en su Ira los probó a los que estaban en el juicio. Había un deseo en la pareja que comenzó a crecer dentro de ellos.
Había un árbol en el jardín que daba manzanas de aspecto tan delicioso que Eva tuvo ganas de probarlas. Eva le dijo a Adán: “Tengo fuertes ganas de comer esta fruta, si deseas tomaré una, la probaré y te la daré como una dádiva de mi mano”.
Gracias a la voz interior, Adán le dijo a Eva que eliminará el deseo y Eva lo hizo.
Una voz interior en Adán le dijo: “¡Si coméis esa fruta, moriréis!”.
El deseo de Eva la impulsó a coger la fruta y Adán vio que Eva se había vuelto infiel y le dijo triste: “¿Qué haces, Eva, aún no hemos sido bendecidos por el Señor, bota la fruta para que no muramos en la desnudez delante del Señor de la justicia!”.
Eva tiró la fruta y el deseo la abandonó. Adán tuvo mucha alegría de la liberación de Eva del deseo letal.
Pero el deseo expulsado se convirtió en serpiente que convenció a Eva a comer del fruto. Así apareció una segunda Eva que era la serpiente con sus curvas seductoras. Adán tuvo complacencia en esta segunda Eva y comió también del fruto prohibido.
Pero a través de la Ira de la Divinidad, el deseo tomó forma de serpiente que cogió la fruta con su hocico y miró a Eva fijamente.
La serpiente le dijo a Eva: “Mira, soy tu hija expulsada de ti. Estoy rodeando al árbol de tus deseos, no desprecies esta pequeña dádiva que pondré en tu regazo, dádiva que es el fruto de tu amor. ¡Dios es un mentiroso, vosotros no moriréis si coméis de esta fruta, al contrario, os saciaréis con el reconocimiento de toda vida, por encima de Dios que es uno muy débil!”.
Eva fue mordida por la serpiente y ella vio su propia apariencia en la serpiente.
Adán, al ver la apariencia, le gustó mucho esta segunda Eva sin darse cuenta que solo era la serpiente. Entonces Adán también ardió en deseos de poseer a la segunda Eva y tomó la “fruta” y se volvió infiel y gozó de la fruta prohibida.
A través de este acto, Adán y Eva se reconocieron a sí mismos, Adán vio que era el primer espíritu caído en la perdición y sintió un fuerte arrepentimiento. Eva sintió mucha vergüenza de verse desnuda al igual que Adán. Adán se escondió en una cueva, y Eva detrás de un arbusto.
A través del goce, Adán reconoció que él era el Primero que había caído en perdición a través de la vanidad de su egoísmo cuando moraba en el Reino de la luz del Amor eterno, y que había caído en el mar de la Ira de la Divinidad que todo lo mata sin miramientos.
Eva también se reconoció a sí misma a través de Adán. Adán sintió arrepentimiento en su corazón y Eva sintió vergüenza después de darse cuenta que estaba desnuda al igual que Adán; de tal manera que Eva tapó su desnudez con hojas de la higuera. Adán también buscó taparse con las hojas y se escondió en una cueva, Eva detrás de arbustos sollozando fuertemente por sentirse culpable de su pecado de seducción.
El juicio del Señor.
El Amor se quitó la mano que impedía ver a la pareja y vio a Adán llorando y a Eva que se lamentaba detrás del arbusto.
Las lágrimas de Adán se llamaron Tumim, y las de Eva Urim. Ambas lágrimas se convirtieron en guijarros a través del Amor eterno.
El Amor los encontró desnudos, abandonados, llorando y afligidos en justo remordimiento y justa vergüenza, y llamó a Adán y a Eva, pero ellos no se atrevían mirar el rostro del Padre porque estaban aterrorizados por un gran trueno de juicio mortífero desde las profundidades de la ira de la Divinidad.
Las llamas de la ira de Dios rodaron terriblemente a través de todos los espacios sin fin hasta la tierra, donde el gran amor moraba ahora con sus hijos caídos, arrepentidos y afligidos, hijos que fueron creados por la gracia misericordiosa del Amor.
Y sucedió que hubo una feroz batalla entre el Amor eterno, que volvió a tener piedad del arrepentimiento y el dolor de los creados, y entre la Divinidad enfurecida, queriendo destruirlo todo, para expiar Su incorruptible Santidad.
Las llamas de la ira de la Divinidad enfurecida cayeron sobre la tierra más rápido que un relámpago, penetraron hasta el centro de ella y la encendieron en y en cada lugar y extremo, y las llamas consumidoras llegaron hasta la luna, hasta el sol ylas estrellas!
Las voces de todo el infinito gritaron:
'Gran, exaltado Dios, aplaca Tu gran ira, y apaga las llamas consumidoras de Tu ira sumamente justa, y perdona al inocente en Tu santidad; ¡porque la furia ardiente de tu ira destruirá a los justos y aniquilará el Amor eterno en ti y te capturará en tu Grandeza y Poder de santidad!"
El Amor eterno protegió a la pareja recién creada arrepentida y ahuyentó la gran llama de la ira de la ira que quería apoderarse del lugar de arrepentimiento de Adán y el lugar de Eva.
La Divinidad dijo:
«¿De qué Me sirve el aullido y el furor de la tierra, de qué el llanto de las lunas, el gemido de los soles y el gemido de las estrellas? ¡Porque estoy Solo, abandonado por Mi Amor, que se Me ha hecho infiel y se ha apartado de Mí para ir a la tierra en donde está la maldad!
»¿Qué se supone que debo hacer sin Mi Amor? ¡Por eso quiero destruir todas Sus obras desde el fondo y destruir todo para que no haya nada que pueda quitarme Mi Amor por todas las eternidades futuras de las eternidades!
»Y así quiero seguir siendo Dios, el Único, por todas las eternidades de las eternidades, como fui desde las eternidades de las eternidades; y tú, edificio podrido de la creación de Mi Amor, derrumbate en ruinas vacías, en la nada, para que Yo vuelva a encontrar Mi Amor y lo vuelva a hacer fuerte por el poder de mi eterna Santidad. ¡Amén!»
Las ataduras de la creación se soltaron en todos los espacios de la infinidad de Dios, y los escombros cayeron a través de los vastos espacios con gran estruendo, truenos, aullidos, ira, rugidos y precipitados hacia las profundidades de las profundidades de su destrucción, y ésta era la tierra misma, que también yacía destrozada en el amplio vientre del amor misericordioso.
Los recién creados temblaron de miedo ante la espantosa visión de esa gran y devastadora escena espantosa, cuya magnitud ningún espíritu creado jamás comprenderá completamente en toda su plenitud; porque era infinita.
Pero el Amor contestó:
«¡Gran Dios todopoderoso! Retira Tu gran ira, y apaga el fuego de Tu ira que todo lo destruye, y en la calma de Tu Santidad, escucha las Palabras de Tu Amor eterno, que es la única vida dentro de Ti. No quieras destruir la Vida en Ti, sino que la misericordia vaya por la justicia, y que el Amor Te baste, y exige expiación por Tu herida y ofendida Santidad, y ningún sacrificio será demasiado grande para Mí, que quieras pedirme para la expiación eterna de tu santidad!»
Ante estas Palabras la Divinidad se suavizó pero dijo con mucha fiereza:
«Quiero echarte toda la culpa y tú redimirás la vergüenza de Mi Santidad, que es el vínculo eterno entre Tú y Yo. Ahora maldigo la tierra, para que no haya una mancha en Mi santidad, y Me convierta en un Dios impío como Tú; ¡Y esta maldición sea dejada a Tu culpa, que tienes que tomar sobre ti y pagar por Mi santidad y lavar la tierra con tu sangre de la maldición de la vergüenza por el pecado de Adán!»
El Amor respondió:
«¡Grande, santísimo Dios de todo poder y fortaleza! ¡Hágase conforme a Tu Palabra!"
Original alemán